En Ucrania sostienen que Bagira «tiene la sangre de al menos 40 personas en sus manos, incluidos civiles» y combate en la región separatista de Donetsk contra el gobierno de Kiev desde 2014.
El Ejército de Ucrania cuenta con el temido Wali, el canadiense considerado el francotirador más letal del mundo, o con la leyenda del ‘Fantasma de Kiev’ (el piloto que habría derribado varios aviones rusos), en el Ejército de Rusia apelaban al mito de Bagira, una francotiradora de 41 años y madre de dos hijas (Valeria y Yulia) con 40 muertes a sus espaldas.
Las últimas informaciones apuntan a que Bagira, cuyo nombre real es Irina Starikova, ha sido capturada herida por las tropas ucranianas después de ser dada por muerta y abandonada por sus camaradas rusos de la a 11ª División de Operaciones Especializadas.
«Sabiendo que estaba herida y teniendo la oportunidad de recogerme, simplemente decidieron dejarme allí, con la esperanza de que muriera. Me abandonaron», explicó Bagira, que fue atendida de sus heridas por los médicos ucranianos, en palabras que reproduce el ‘Daily Mail’.
La captura de la francotiradora Bagira, que tiene ese nombre en clave en homenaje a la pantera de ‘El Libro de la Selva’, es un duro golpe para la moral de las tropas rusas y para la imagen de su ejército.
En Ucrania sostienen que Bagira «tiene la sangre de al menos 40 personas en sus manos, incluidos civiles» y combate en la región separatista de Donetsk contra el gobierno de Kiev desde 2014.
Las falsas leyendas sobre Bagira, la francotiradora rusa con 40 muertes
La prensa británica publicado que Bagira (Irina Starikova) ni es de Serbia (su nombre coincide con el de una francotiradora serbia) ni es una monja reconvertida en asesina.
Lyudmila Pavlichenko, la francotiradora rusa que mató a 309 soldados alemanes en la Segunda Guerra Mundial
Lyudmila Pavlichenko es una de las francotiradoras más famosas de la historia.
La rusa mató 309 soldados alemanes, incluyendo 36 tiradores, luchando con el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial.
Lyudmila Pavlichenko escribió su leyenda de sangre y plomo en la batalla de Odesa y en el sitio de Sebastopol (en el que resultó herida y fue evacuada en submarino).