Un estudio afirma que la humanidad «sobrepasa cada vez más los límites» para regenerar la ecología

La contaminación y la explotación de recursos naturales siguen llevando al planeta más allá de sus capacidades de regeneración y ya fueron excedidos seis límites ecológicos, según los datos actualizados del principal estudio sobre los nueve «límites planetarios».

La contaminación y la explotación de recursos naturales siguen llevando al planeta más allá de sus capacidades de regeneración y ya fueron excedidos seis límites ecológicos, según los datos actualizados del principal estudio sobre los nueve «límites planetarios».

De acuerdo al informe del Instituto del Globo de Copenhague, los nueve límites fueron definidos en 2009 por el Centro de Resiliencia de Estocolmo (Stockholm Resilience Centre) y están cada vez más presentes en los informes sobre el cambio climático.

El estudio recientemente presentado, realizado por 29 investigadores, indicó que los seis límites que ya fueron superados son el cambio climático, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, la cantidad de productos químicos sintéticos (entre ellos los plásticos), la escasez de agua dulce y el equilibrio del ciclo de nitrógeno.

Los otros tres, aún no sobrepasados son la acidificación de los océanos y la concentración de partículas finas en la atmósfera (que van en camino de ser superados) y los niveles de la capa de ozono, el único que consideran que se encuentra en una buena situación, según la agencia de noticias AFP.

Estos nueve «límites planetarios» son lo que los científicos autores del estudio consideran que no deben superarse para que los ecosistemas evolucionen «de manera segura» y puedan garantizar la vida humana en la Tierra.

«Con los límites planetarios, identificamos los procesos importantes que mantienen en la Tierra las condiciones de vida que prevalecieron durante los últimos 10.000 años, durante los cuales la humanidad y la civilización se desarrollaron», dijo Katherine Richardson, coautora del estudio y profesora en el Instituto del Globo de Copenhague.

«Avanzamos en una mala dirección, y nada indica que alguno de estos límites, con la excepción de la capa de ozono -que se restablece lentamente desde la prohibición de los gases clorofluorocarbonados- empiece a evolucionar en la buena dirección», se lamentó Johan Rockström, director del Instituto de investigación sobre impacto del clima de Potsdam (PIK).

«Esto significa que perdemos en resiliencia y ponemos en peligro la estabilidad del sistema Tierra», concluyó.