Una infancia marcada por la violencia de género y un prematuro recorrido por juzgados

Marilú Elizabeth Robledo era una de las hijas del matrimonio Robledo, en total eran 8 hermanos con los que compartió una dura infancia. La misma estuvo marcada por el recorrido a Juzgados a raíz de la violencia de género del que fue víctima Yolanda Mosqueda, su madre.

En aquellos años la justicia no estaba empapada de la necesaria perspectiva de género, mucho menos la Policía. Es por eso que Marilú y sus hermanos tempranamente conocieron la hostilidad de la violencia machista a la que se le sumó la de los escasos recursos. La situación económica no acompañaba a la familia que creció con la figura de un padre golpeador.

“Vivíamos humildemente, teníamos una casita en Villa Federal. Anduvimos por juzgados desde niños hasta que por suerte después fue mejorando todo con el paso del tiempo”, agregó.

Consternado por la muerte de su hermana, Juan Carlos recordó: «Hoy que somos más grandes, que cada uno hizo su vida con su familia, felices prácticamente pasamos por esta desgracia. Un dolor en el alma”. Sus palabras sintetizan la reconstrucción en su vida que pretendía Marilú.

Llevaba más de dos años separada de Héctor Daniel Gutiérrez (39) con el que producto de la relación tuvo tres hijos. En ese tiempo retomó sus estudios, trabajó y equilibró sus horarios para poder criar a sus hijos y acompañarlos en cada momento, como lo hizo hasta el último día de la vida que le arrebató su femicida.

La madre de Marilú quien contó que sus nietos “presenciaron todo lo que pasó” y que Gutiérrez “le pegó puñaladas por la cabeza y por el cuello”. “Dejó dos hijos y una pequeña. Cómo un hombre va a hacer eso delante de los chicos, ¿ahora quién les saca el trauma a mis nietos? ¿Quién me devuelve a mi hija?”, se preguntó.

Sobre el femicida expresó: “Es un hombre muy violento. Unos meses atrás ya le había roto toda la moto a Marilú. Le roció toda la casa para prenderla fuego. Y anteriormente le quiso quemar la cara con un soplete. El amenazó a mi hija con que iba a comprar un revólver y terminar con ellos. Como no pudo comprar un revolver, agarró un puñal e hizo lo que dijo. La mató dormida. Entró por la parte de atrás y comenzó a apuñalarla y continuó por el otro muchacho”.

La familia Robledo atraviesa el momento más doloroso de su vida, en ese proceso son conscientes de que hay tres pequeños que poco a poco deberán volver a reconstruir la infancia que su propio padre interrumpió.