«Una memoria que arde»: manifestación masiva contra los despidos y el cierre del Centro Cultural Haroldo Conti

Miles de personas se congregaron frente a la entrada del espacio de arte y derechos humanos para repudiar el cierre y desmantelamiento de los lugares de la memoria del terrorismo de Estado

Miles de personas participaron este sábado de un festival en la exESMA para repudiar los cientos de despidos en la Secretaría de Derechos Humanos y el anuncio del «cierre y reestructuración» del Centro Cultural Haroldo Conti emplazado en el lugar. El Gobierno ya eliminó la página web del Centro Cultural y anunció los despidos.

«Sin trabajadores no hay memoria» fue la consigna principal del festival «Una memoria que arde» organizado por trabajadores del centro cultural Conti y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). En diciembre se concretó el cese de 2400 contratos en el Ministerio de Justicia bajo la modalidad conocida como ACARA, 400 eran de Derechos Humanos. Áreas enteras y sitios de Memoria quedaron diezmados de trabajadores. Algunos quedaron en cero.

En la convocatoria sus trabajadores expresaron: «Convocamos a nuestra comunidad hermosa, digna, beligerante -la que hizo de este gran escenario fuerza, transformación y libertad de la de verdad- a acompañarnos. Traigan sus palabras, sus acordes, sus máscaras, sus poemas, su intensidad, su malestar, su alegría. Traigan el corazón prendido fuego, clavado en un cuchillo, con las raíces a la intemperie.‍ Que la memoria arda, que la historia continúe, que el Conti siga de pie».

El secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, anunció esta semana el cierre del lugar para una «reestructuración». Este fue el marco para que Estela de Carlotto denunciara al gobierno de Javier Milei por el desmantelamiento de los lugares que fueron testigos de violaciones a los derechos humanos del terrorismo de Estado.

El Centro Cultural Haroldo Conti fue inaugurado el 31 de mayo de 2008, como un espacio de encuentro y reflexión sobre la historia, la memoria, los derechos vulnerados en la dictadura. Está ubicado en la Av. del Libertador 8151, y fue la última de las instalaciones de la ESMA que la Armada entregó tras la decisión de convertir al predio en un Espacio para la Memoria.