«Estoy completamente de acuerdo. Tú eres culpable, tú hiciste esto. Eres un asesino y mentiroso, quiero dejar eso muy claro. El jurado vio a través de sus mentiras y yo veo a través de sus mentiras», le manifestó el jurado al culpable.
Siete años después, el crimen de Christina Harris tuvo su desenlace en la justicia estadounidense. En 2014, la mujer fue asesinada por su esposo Jason Harris, quien agregó dosis elevadas de heroína en su caja de cereales, periodo en que aún amamantaba a su pequeño bebé.
Por este asesinato, el sujeto fue condenado a cadena perpetua durante este viernes 10 de diciembre, lo que fue valorado por el propio juez del tribunal, David Newblatt, quien acogió el veredicto emitido por el jurado en noviembre pasado.
«Estoy completamente de acuerdo. Tú eres culpable, tú hiciste esto. Eres un asesino y mentiroso, quiero dejar eso muy claro. El jurado vio a través de sus mentiras y yo veo a través de sus mentiras», le manifestó el jurado al culpable.
Los hechos se remontan a septiembre de 2014, cuando la policía recibió el llamado de que una mujer había fallecido en su hogar. Las primeras hipótesis indicaban que Christina había muerto por sobredosis accidental y esa era la versión que trató de mantener Jason.
De hecho, un vecino declaró que el hombre le había contado que su mujer tenía hambre en la noche del incidente, así que le preparó un tazón de cereales que luego ella dejó caer porque se desmayó. El hombre la cargó hasta su habitación y la recostó, pensando que pronto se recuperaría.
No obstante, contaba el asesino, al día siguiente su esposa no contestaba sus mensajes y le pidió a su vecino que fuera a verla. Al llegar al hogar, la víctima fue encontrada sin vida.
Las primeras investigaciones tuvieron como sustento los dichos de los hermanos de la fallecida, quienes aseguraron que en meses anteriores habían escuchado que quería «deshacerse de Christina». Además, contaron que el hombre se reunía con otras mujeres previo al asesinato.