“Izzy era una niña feliz. Era una niña feliz que le iba bien en la escuela. Todo lo que quería era estar conectada con sus familiares y amigos”, comenta el abogado de la familia.
El suicidio de una niña que de tan solo 10 años que tenía autismo y que vivía en Utah ha conmocionado a Estados Unidos. Isabella Tichenor, más conocida como Izzy, era una niña afroamericana de 10 años que se suicidó al no poder soportar el acoso escolar que sufría.
Según han revelado diferentes medios de comunicación estadunidenses, la menor llevaba sufriendo acoso escolar desde el mes de septiembre de 2020. Nada más tener constancia de la pesadilla que estaba viviendo su propia hija, su madre y su padrastro se reunieron con su profesora a la que el comentaron los episodios a los que tenía que hacer frente su hija de 10 años.
Al ver que las quejas no habían resultado efecto, los padres decidieron reunirse con el director del colegio al que denunciaron los hechos. Sin embargo, los propios progenitores se sintieron “ignorados” y “poco escuchados” en esta charla.
Tres meses después de comenzar los insultos por su color de piel y por su autismo, Isabella Tichenor tomaba la triste decisión de quitarse la vida. Ahora, los padres de la pequeña han querido hacer público el suicidio de la niña para denunciar su caso y concienciar a la ciudadanía sobre las terribles y devastadoras consecuencias que deja el acoso escolar en los más pequeños.
“Izzy era una niña feliz. Era una niña feliz que le iba bien en la escuela. Todo lo que quería era estar conectada con sus familiares y amigos”, comenta el abogado de la familia.
Según el propio magistrado, los padres de la pequeña encontraron un día un bote de colonia en su mochila. Al preguntarle a la menor por qué llevaba el frasco de perfume al colegio, la pequeña Izzy confesó que sus compañeros le obligan a llevarlo porque aseguraban que olía mal.
En la versión que ha ofrecido el abogado también se asegura que al ver este cruel episodio, la profesora de la niña decidió cambiar de sitio a la pequeña hasta la última fila del aula para que no molestase a los otros estudiantes.
Ahora, el Departamento de Justicia de Utah investiga lo sucedido y estudia emprender acciones contra los responsables del colegio.