El caso conmocionó a Yorkshire y la Justicia confirmó que se trató de un suicidio tras una investigación judicial.
Una nena de 13 años murió en el embalse Baitings, en Yorkshire, luego de pedirle insistentemente a su papá que la llevara a ese lugar, según informó la Justicia británica.
La adolescente, Qudsiyah Mahmood, le prometió a su padre que mejoraría en sus exámenes escolares si accedía a la salida, y ambos se dirigieron juntos al sitio el pasado 28 de mayo.
Al llegar, padre e hija sacaron fotos y grabaron videos cerca del puente del embalse. Minutos después, la joven le pidió a su papá que filmara más imágenes, pero en un momento él notó algo extraño y escuchó un ruido en el agua. Al girarse, vio que Qudsiyah había saltado desde el puente y luchaba en el agua.
Investigación y hallazgos de la Justicia
En un primer momento, la policía creyó que se trataba de un accidente, pero el testimonio de un testigo y mensajes previos en Snapchat cambiaron el rumbo de la investigación. Un corredor que pasaba por la zona declaró que vio a la adolescente lanzarse al agua “sin dudarlo”. El cuerpo fue hallado al día siguiente, gracias al uso de tecnología de sonar.
Durante la audiencia, la jueza asistente Caroline Chandler determinó que la muerte de la chica fue un suicidio, respaldada por pruebas de autolesiones y mensajes en redes sociales donde Qudsiyah manifestaba un profundo malestar emocional. Además, la investigación reveló que la joven atravesaba un proceso de cuestionamiento personal sobre su sexualidad y religión, situación que había compartido con amigos pero no con su familia.