Una panadería redujo la jornada laboral a cuatro días, con mismo sueldo y 10 semanas de vacaciones

El dueño del negocio optó por aplicar el método y asegura que es “idílico”. Su éxito se basa en más tranquilidad y tiempo libre para sus empleados.

Una panadería decidió evolucionar en sus métodos de trabajo y aplicó la reducción de la jornada laboral con cuatro días a la semana, con mismo sueldo y 10 semanas de vacaciones al año. Lo hizo sin reducir ganancias y su dueño asegura que la nueva metodología es todo un éxito gracias a la tranquilidad y el tiempo libre que tienen sus empleados.

La situación “idílica” se da en Castelsagrat, un pequeño pueblo del departamento de Tarn-et-Garonne, Francia, donde la panadería Louboulbil, dirigida por Jean-Pierre Delboulbe, implementó el innovador modelo de trabajo, con un salario base de 2.000 euros netos, por encima de la media del sector.

“Quería explorar otros criterios de éxito en una empresa”, aseguró el dueño de la panadería respecto a la reducción de la jornada laboral y destacó: “Mi objetivo es triple: tranquilidad, tiempo libre para todos, y compartir las ganancias”.

Quien está al frente del negocio local y se convirtió en un ejemplo al implementar destaca que su modelo laboral está basado en el bienestar y la libertad.

Por qué el modelo es un éxito

El éxito de Louboulbil muestra un entorno de trabajo basado en la confianza, la flexibilidad y el bienestar que es rentable: su panadería produce 300 toneladas de pan al año, que distribuye en 17 mercados regionales y puntos de venta locales.

El sueldo base de la panadería por 2.000 euros netos supera la media del sector, con incrementos por antigüedad y bonificaciones relacionadas con el desempeño empresarial.

Sin embargo, lo más destacado es la autonomía que tienen los empleados. Según Nathalie Tessier, que lleva 12 años trabajando en la panadería, la organización se basa en la confianza, la organización y la libertad: «No hay presión, ni control, ni siquiera una expectativa de resultados porque, en el fondo, trabajamos para nosotros mismos».

“Mientras el trabajo esté bien hecho y mis compañeros estén contentos conmigo, todo va bien”, afirma Danièle, otra empleada que prefiere mantenerse en el anonimato. “Nos llevamos muy bien, es casi idílico. Pero, por supuesto, ¡hay que venir a trabajar!”.

Esta política de libertad creó un entorno laboral calificado como «casi idílico» por sus trabajadores. A esto se suma la apuesta de Delboulbe por un modelo empresarial enfocado en la tranquilidad, el tiempo libre y el reparto de beneficios.

“Mi objetivo es triple: tranquilidad, tiempo libre para todos, y compartir las ganancias”, resume Delboulbe.

El modelo de Louboulbil no atrajo a clientes, sino también a otros profesionales interesados en replicar esta filosofía. «Ustedes me venden un sueño», comentó una agricultora en un mercado local, mostrando interés en implementar algo similar en su negocio.

El éxito de esta panadería demuestra que el bienestar de los empleados no solo mejora la calidad de vida, sino que también puede ser económicamente viable. “Trabajamos menos días, ganamos lo suficiente y compartimos lo que generamos. Al final, eso es lo que realmente cuenta”, concluye Delboulbe.