Durante la tarde de este sábado cinco minutos antes de que finalizara el partido ante SITAS, el jugador del Hurling Club Lucas Pierazzoli recibió un fuerte golpe. Tras el impacto, el joven de 28 años -que se desempeña como segunda o tercera línea del equipo- hizo un paro cardiorrespiratorio y debió ser trasladado de urgencia al Hospital Posadas.
El impacto le había causado fractura cervical y edema cerebral. Y horas más tarde falleció en la institución sanitaria.
“La Unión Argentina de Rugby despide con profundo dolor a Lucas Pierazzoli, jugador de primera división del club Hurling. Nuestra institución acompaña a los familiares, amigos y seres queridos en este triste momento”, expresaron desde la UAR en un breve comunicado publicado en sus canales oficiales.
“Recordamos a Lucas del mismo modo que lo hicieron quienes tuvieron la fortuna de conocerlo: como un amante del rugby que disfrutaba del deporte cada día, reconocido dentro y fuera del campo de juego, tanto por sus compañeros como sus ocasionales adversarios deportivos”, agregó el texto.
En su último compromiso frente a SITAS, Pierazzoli sufrió un fuerte traumatismo luego de participar de un ruck en la última jugada del partido por la novena fecha de la categoría Superior de Primera B. Los jugadores cayeron sobre él y no se pudo volver a levantar. Estaba consciente, pero le faltaba el aire. Los médicos de ambos clubes lo auxiliaron de inmediato, le hicieron reanimación y lograron sacarlo de la situación de paro. Luego lo trasladaron al Hospital Posadas, donde murió horas más tarde.
Estudio de la estructura cerebral
La práctica profesional del rugby podría provocar modificaciones de la estructura cerebral, según un estudio realizado entre 44 jugadores profesionales y publicado por el Imperial College de Reino Unido, en el marco de las preocupaciones crecientes sobre los riesgos de conmoción cerebral asociados a este deporte.
Los resultados mostraron que el 23% de los jugadores -sufrieran o no golpes en la cabeza- presentaban anomalías en los axones (prolongaciones de las neuronas), que causaban micro hemorragias. A estas anomalías de la sustancia blanca del cerebro, que permite las conexiones neuronales, se añaden asimismo “cambios anormales” en el volumen de esta sustancia.
“Lo que no está claro por el momento es el impacto clínico a largo plazo de esos cambios. Son necesarias investigaciones suplementarias para comprender las consecuencias a largo plazo de las lesiones repetitivas en la cabeza a lo largo de una carrera en el rugby”, indicó el autor principal del estudio, David Sharp.