Productor de Rafaella Carrá, Pimpinela y Rodrigo entre otros, fue el ideólogo del programa que convirtió a la diva en la número uno y en millonaria. Pero cuando Su firmó para Telefe, él se quedó sin programa. Hizo juicio y ganó pero asegura: «Todo eso me afectó mucho la salud»
En la carrera de Susana Giménez hubo sin duda un punto de inflexión fundamental. Es cierto que ya llevaba una carrera vasta como actriz en cine, en teatro y hasta algunas participaciones en televisión, pero lo que la convirtió en una diva popular y la hizo millonaria fue sin duda el programa Hola Susana. Y ese programa tuvo un ideólogo que no fue otro que Ovidio García. Un productor que supo trabajar junto a figuras como Rafaella Carrá, Los Pimpinela y Rodrgido, entre otros.
Hola Susana debutó en 1987 en Canal 7. El programa, inspirado en la versión italiana Pronto Rafaella (conducido por Rafaella Carrá, cuyos contratos en América también manejaba Ovidio) tuvo un rápido éxito basado en las entrevistas, juegos y en especial el famoso concurso telefónico que entregaba premios cada vez más generosos Un año después el ciclo pasaba a Canal 9, siempre producido por García y cuando estaba establecida la renovación con el canal con la firma de la propia Susana, el lunes 20 de abril de 1992, la diva apareció en Telefe, con el programa rebautizado ¡Hola Susana, te estamos llamando!. García, que fue desplazado, terminó demandando al canal -no a Susana- y el juicio lo ganó. Hubo un primer fallo y luego la apelación, ambos con el mismo resultado dictados por la Sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal. El monto fue cercano a los 20 millones de dólares pero luego hubo situaciones judiciales que terminaron en un arreglo entre partes, sin que se conociera el monto, que fue menor.
Para Ovidio García el millonario resarcimiento económico no le compensó el disgusto que sufrió por aquel desplazamiento. Pocas veces habló del tema y tal vez como nunca, lo hizo hace unos días, cuando ya han pasado 35 años del debut del programa. En declaraciones al programa «Somos mayoría» que conduce el Dr. Christian D’ Alessandro por AM 770, radio Cooperativa, el antiguo productor de Susana dio su versión de los hechos. «Yo conozco a Susana en el año 83. En ese año ella era cantante de bailanta, tenía un cuarteto de bailarines y ella cantaba. Con un casete, hacía temas en lata», contó, ante la sorpresa del entrevistador. «A mí me llaman de Chile, de Viña del Mar, el gerente del Casino diciendo que querían contratar a Susana Giménez. Yo sabía quien era y qué había hecho obviamente, pero no la conocía personalmente. Susana tenía trascendencia, aunque no había hecho mucho. Por ejemplo, Alberto y Susana que fue un programa que hizo Canal 13 con ella y Olmedo, fue un fracaso. A veces la vida te va llevando por caminos, y hacés éxitos, fracasos, éxitos, fracasos. Es parte del negocio y de la vida», continuó García.
Llegó el momento de contactarla y Ovidio lo hizo con quien su novio de ese momento. «Arreglé con quien era su pareja y su manager, Norberto Dragui, el cachet y viajamos a Viña del Mar. Ahí ella trabajó, tuvo algunos contratiempos con el sonido pero los sobrellevó con mucha simpatía. Eso fue un descubrimiento muy grande para mí, porque era una persona con mucho carisma. Volvimos a Buenos Aires y a los dos meses ella me llama a través de Juanito Belmonte, y me dice que quería trabajar conmigo. Arreglamos de palabra en mi oficina, proyectamos algunas cosas y luego surge la posibilidad de La mujer del año. Yo manejé durante algunos años el contenido artístico del showroom del Conrad y llevaba artistas argentinos, entre ellos a Susana Rinaldi. Allí conocí a su cuñado, Juan Carlos Cuacci. Lo nombro porque él comentó esto hace algunos años: dijo que yo le hablé en el camarín que Susana era la persona ideal para hacer en teatro La mujer del año. Porque nadie creía en ella. Lo hizo, de manera excelente y fue un éxito. Yo después dejé a una persona afín a mí con las cosas de Susana porque me dediqué a la carrera internacional de Los Pimpinela», explica.
Finalmente Ovidio llegó a su relato de cómo surge Hola Susana. «En 1987 a Susana la llama Raúl Naya, que en ese momento con su productora estaba haciendo La noticia rebelde, para hacer un magazine a la tarde. Hablan con los gerentes de programación de canal 7 y en medio de las negociaciones, dicen ‘Ovidio tiene un formato, que lo hizo Rafaella Carrá’. Me senté con dos productores de la productora de Naya, no quiero dar los nombres, y Jorge Torres, gerente de programación del 7 es testigo esto: me dijeron ‘no, si es una tontita, no sabe levantar el teléfono, como va a decir hola». Les dije, ‘no me lo digan a mí, diganselo a ella’. Y en una reunión con el directorio del canal a los cuatro días, en la que Susana estaba presente, se lo dijeron a ella. No de manera tan agresiva, pero si diciéndola ‘mirá, vos no podés’, y se terminó la conversación. A la semana, Torres y Alfredo Scalise, me dicen si yo tengo un video de lo de Rafaella y se lo llevo. Y dijeron ‘ah, pero esto es fantástico» y ahí se destrabó.»
Fue así que Naya arregló con Susana como conductora y Ovidio arregló con él el formato y los derechos que se registraron en Argentores. Sin tanto conocimiento del mundo televisivo, García le pidió a Jorge Torres que le armara un equipo de producción. Mientras se gestaba Hola Susana, Ovidio además ponía su energía en producir la novela El duende azul de Los Pïmpinela.
«El 1 de abril arrancó Susana y fue un éxito, no creído por muchos. Si alguien ve el primer programa, estaba Ricardo Darín diciendo ‘ýo no creía en esto’. Fue una semana tensa porque mismo su entorno la hizo sufrir mucho», dice.
Consultado por el conductor de Somos mayoría acerca de cómo afrontó la situación de que le sacaran su programa, Ovidio dice: «Triste, triste y no está nunca superado eso. Lo voy a llevar a un terreno de lo que nos está pasando a los argentinos. Yo no nací acá pero vine a los 5 años y me siento más argentino que español. Nos está pasando un tema de envidia, de rencor, de que si me puedo apropiar de esto me lo apropio. Y entonces el que es más poderoso o cree que tiene más poder se queda con las cosas. Que es lo que pasó acá. Esto estaba registrado en «Patentes y Marcas», en «Argentores». Han pasado por arriba de todo. Fue un hecho gravísimo al que nadie le dio trascendencia. Y ha hecho millonaria a mucha gente, entre ellos a Susana Giménez. Es un negocio que ha facturado más de 100 millones de dólares.»
Cuando le preguntaron si tal vez Susana pudo haber sido influenciada por el poder, por el éxito, por la plata, Ovidio es contundente: «Es una mujer muy ambiciosa pero no puedo opinar sobre los demás. Pero la última palabra siempre la tiene el artista, que es quien firma. Había un contrato firmado por un año más, 91-92. Si vos me dijeras que había problemas pero cuando alguien no quiso trabajar más conmigo, no trabajó más. Pero no vengas a mi casa y te lleves los muebles, los chicos, todo», enfatiza.
«La justicia falló a mi favor en todos los casos pero lo más grave fue que después me inventaron que una firma mía… Todo eso me afectó mucho la salud, el convivir diario. Cuando te atacan sin sentido, cuando te roban todo, encima te hacen quedar como el malo de la película, es muy difícil levantarse. Me dejaron solo porque nadie se mete contra un canal de televisión. Creo que el único que habló bastante de los derechos fue la gente de Pergolini. Si alguien viera las revistas del año 1992, en una entrevista le preguntan a ella como va a ser el formato, cómo va a ser el programa, y ella contesta, ‘todavía Ovidio no arregló, no puedo saber’. Acá queda claro que yo siempre actué de manera correcta, que ella arreglaba con los canales su sueldo, que era independiente. Lo mío era coproducción con los canales, el riesgo era mío de las figuras que traía. LaToya Jackson, Tony Kamo, La Cicciolina que marcó 45 puntos de rating. Todo en ese momento era coproducción con Canal 9. »
Para terminar, Ovidio relativizó la satisfacción de haber ganado en Tribunales. «Llegás a eso con el corazón hecho jirones. Con la mentira, la agresión. Lo que no acepto y nunca voy a terminar de aceptar hasta el día que me muera es la agresión que hubo, porque detrás de que te robaron te tratan como un ladrón a vos. Eso es lo que nunca superás. ¿Si tuve algún encuentro con Susana? No, esa posibilidad quedó totalmente desarticulada porque si del otro lado no hubo ni siquiera un ‘perdoname, pasó esto’, al contrario, cuando pasó lo del fallo a favor mío, ella dijo «ese señor que en forma artera y aviesa…» y no voy a decir la frase. Fui yo quien le hice registrar personalmente su nombre. Lo hizo gracias a mi. Nadie sabe que Eduardo Celasco, el ex yerno de Susana, empezó trabajando conmigo a los 13 años porque yo era muy amigo de Jorgelina Aranda, su mamá, que era un ser celestial. Y cuando yo empecé con Pimpinela, Celasco se quedó en el Maipo controlando la recaudación de la mujer del año.», concluyó.