El hombre y una cómplice arrojaron el cuerpo sin vida de Antonella Striano envuelto en una frazada en las calles Colón y Artigas. Fueron atrapados gracias a una cámara privada que filmó toda la secuencia.
Antonella Striano tenía 26 años, vivía en Villa Ballester y fue encontraron muerta en su propio barrio, en la esquina de Colón y Artigas; su cadáver estaba envuelto en una frazada. La DDI de San Martín de la Policía Bonaerense fue convocada tras la alerta del caso, con una causa a cargo de la UFI N°5 de la zona.
Relevaron cámaras. De la zona. Vieron, rápidamente, cómo había sido descartado el cuerpo. Un hombre y una mujer lo habían hecho, según las imágenes. La mujer hacía de campana. El hombre se encargaba del resto. El cuerpo fue trasladado en un auto, un Mercedes Benz A200.
La patente era perfectamente legible en esas filmaciones: un chequeo a su número reveló a su titular. Era el viejo jefe de Antonella, el comerciante Álvarez, que la empleaba en negro, sin pagos de aportes de acuerdo al perfil comercial de la víctima.
Los investigadores dieron con los asesinos, identificados como Marcelo Álvarez y Soledad María Da Acuña, a partir de un auto de alta gama. El auto permitió hacer un seguimiento a la DDI de San Martín, por lo que llegaron a la detención del asesino y la cómplice.
La cronología indica que el cuerpo fue encontrado el miércoles por los vecinos de la zona: al detectarlo, llamaron al 911 para dar aviso a la Policía Bonaerense. Las cámaras de seguridad registraron el momento en el que un hombre se bajó de ese auto de alta gama, saca el cadáver y lo descartó en la esquina.
Al efectuar el seguimiento del auto vieron que el vehículo llegaba a la zona de Florida, en el partido de Vicente López. Al seguirlo, se encontraron que estacionó en el garage. Se dieron cuenta de que el dueño del auto tenía un kiosco: al identificar a la víctima, se dieron cuenta de que trabajaba en ese comercio.
El rastro del ex empleador se volvía cada vez más obvio. La familia de Antonella declaró en la causa; aseguraron que debía reunirse con Álvarez por una vieja deuda que su antiguo empleador sostenía con ella.
Aparentemente, el móvil del crimen tuvo que ver con una deuda que el jefe mantenía con ella y que ella reclamó. Hasta el momento, Álvarez se negó a declarar.
Por otro lado, la cómplice era compañera de la víctima. En las cámaras encontraron que Da Acuña hacía de «campana» mientras Álvarez descartaba el cuerpo.
La causa, entonces, está caratulada como homicidio simple. Por otra parte, la autopsia, reveló que la mujer murió a causa de golpes en la cabeza.