El niño de cuatro años estaba de vacaciones junto a su madre en Puerto Deseado. Este año la Justicia definirá si el único acusado vivo, que en su momento era menor, tendrá que cumplir pena o no.
Para María Mercedes Subelza cada 20 de febrero no es una fecha más. En 2020, había viajado junto a su pequeño Santino a Santa Cruz, pero las vacaciones se transformaron en tragedia: al menor lo asesinaron y a ella la violaron.
Dos sujetos fueron los culpables de este episodio aberrante. Omar Alvarado (34), que se suicidó un mes después mientras estaba detenido; y Javier Machado, que era menor cuando ocurrió el crimen. En 2021 se realizó el primer juicio en el que lo hallaron culpable, y este año, con la mayoría de edad, esperan que quede firme la pena.
Todo ocurrió en febrero de 2020, cuando cuando María emprendió un viaje desde Rosario de la Frontera, Salta, hacia Puerto Deseado. Lo hizo con su hijo de cuatro años con la idea de poder visitar a uno de sus hijos mayores, David, que trabajaba en el Ejército Argentino en Santa Cruz hacía tres años.
David los había llevado a la costa de Punta Cavendish para conocer y pasear. Días después, Santino y su madre quisieron volver a esa playa. El mayor los acompañaría luego de terminar su jornada laboral. Sin embargo, antes de poder llegar a compartir la tarde con ellos, recibió un llamado del hospital que le comunicó lo sucedido.
Qué paso la tarde del 20 de febrero de 2020
En la tarde de ese jueves, María y Santino caminaban por Punta Cavendish cuando fueron interceptados por dos personas que quisieron robarles. Al no tener dinero, amenazaron a la madre con un cuchillo mientras la llevaban a una cueva para abusar sexualmente de ella. Intentaron matarla con una piedra porque había visto al atacante, pero ella simuló estar muerta para poder escapar.
El niño fue salvajemente golpeado y arrojado por el acantilado, lo que produjo su muerte. La perversión de los asesinos quedó demostrada al dejar el cuerpo de Santino en las orillas para que se lo llevara la marea.

Una vez que los sujetos escaparon, la mujer caminó ensangrentada hasta dar con una vecina que fue quien alertó a la policía. “Nos pedía por favor que la policía buscara a su hijo”, narró la testigo.