Voluntariado: Jóvenes evangélicos recorren el puente para evitar intentos de suicidio

Yendo a Corrientes o de regreso a Chaco, se puede ver a dos jóvenes fácilmente identificables por las banderas argentinas que cubren sus espaldas, que tomó la decisión de recorrer el puente Gral. Manuel Belgrano, que une ambas provincias para prevenir y evitar intentos de suicidios en el viaducto.

Se trata de un grupo de fieles de la iglesia Evangélica Casa de Dios (Av. Raúl Alfonsín 4043 de Corrientes, teléfono 3794-018700), que decidió pasar a la acción directa tratando de contener a las personas en crisis, que asisten al puente con intenciones suicidas.

Según datos estadísticos del Sistema Nacional de Información Criminal, se suicidaron 36 personas residentes en la Provincia de Corrientes, sobre un total de 119 personas que se quitaron la vida en el resto del país durante 2019 y 2020.

“Como iglesia tenemos varios desafíos, uno es el desafío de tener nuestro altar, el otro es tener el evangelismo en la vereda (entregar promesas y hablar con las personas), el otro desafío era ir al puente porque muchas personas se quieren quitar la vida ahí”, explicó Diana, una de las voluntarias.

“Vamos al puente a llevar la palabra de Dios y a tratamos de cubrir las 24 horas para las personas que van a querer quitarse la vida, o que por diversas situaciones pasan por ahí. El siguiente desafío es poder ir a los barrios”, detalló en diálogo con diario El Litoral. Sus remeras también proclaman sus objetivos: “24 x 7 oramos x tu milagro”.

“Ya hace 5 años comenzamos a orar en la iglesia día y noche, con lluvia o sol, con calor o frío, aún en pandemia vimos una forma, con tal de asistir a la gente que necesita. Todo nace luego de que un chico se haya suicidado a pocas cuadras de nuestra iglesia”, indicó Andrés Valenzuela, otro integrante de la Casa de Dios.

“La idea central es estar las 24 horas, los 7 días de la semana en el puente patrullando, y asistiendo. En tan solo un mes ya aproximadamente cinco personas con estado de depresión y pensamientos de tirarse del puente pudimos asistir», relató Valenzuela.

“Yo soy abogado, tengo 31 años, y no es que no tenga nada que hacer, así como muchos de los que están ahí haciendo el patrullaje, todos dejan dos horas en la semana para ayudar a estas personas”, concluyó.