Volver un 17: El retorno de Perón a la Argentina en 1972 

Opinión 

Por Atlanto Honcheruk,presidente del Interbloque del Frente Chaqueño

El 17 de Noviembre de 1972 siendo el medio día, Juan Domingo Perón regresa a la Argentina poniendo fin a un exilio forzoso e infame en el extranjero durante 17 años y 52 días; coronando así el éxito del famoso programa de acción política llevado adelante por las bases peronistas, llamado «Luche y Vuelve». 

Aún hoy los argentinos tenemos presente la imagen del General saludando con los brazos en alto, y un José Ignacio Rucci a su lado protegiéndolo de la lluvia con un paraguas. Tras permanecer en el Hotel Internacional de Ezeiza, recién en horas de la madrugada siguiente el gobierno de facto autoriza que la comitiva pueda trasladarse hasta el domicilio de la calle Gaspar Campos en la localidad de Vicente López. 

Lo demás es historia conocida: las entrevistas que Perón concede a numerosos dirigentes políticos, sindicales, y otros. Pero tan solo dos días después lo visita el número uno de la Unión Cívica Radical, o sea el propio Ricardo Balbín en persona mostrando una generosa actitud de poner fin a viejos antagonismos inservibles a la luz de la historia. Perón lo corresponde con un caluroso abrazo de igual a igual. La secuela del encuentro entre ambos líderes se traduce en una frase que aún perdura por su grado de sentido común; «Esto lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie», o sea que la salida de la encrucijada política y económica de la Argentina sólo se podía resolver con un gobierno de «Unidad Nacional». Al día de hoy, medio siglo después, vemos que no hubo una voluntad en la dirigencia de los distintos y sucesivos gobiernos de llevar adelante este legado, lo cual no indica que no lo hagamos en tiempo venidero; para que eso suceda debemos comenzar esa construcción ahora. Nosotros los peronistas en particular, debemos reconstruir y reorganizar nuestro Movimiento en base a nuestros principios y convicciones originales, dando lugar al mismo tiempo a una profunda y sana autocrítica que nos sirva como herramienta renovadora del presente y que nos ayude a programar con la mirada puesta en el futuro inmediato. Primero la Patria, después el Movimiento, y por último los hombres.