El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que sus tropas en Severodonetsk, el este del país «están resistiendo» pese al asalto del Ejército ruso, «más numeroso y más poderoso», tras visitar la región separatista del Donbass, objetivo prioritario de la invasión ordenada por Moscú en febrero, y donde se concentran los combates.
En un encuentro con periodistas en Kiev, Zelenski aseguró que la situación en el frente del este es «difícil» y que las ciudades de Severodonetsk y Lisichansk «son ahora ciudades muertas».
«Estamos resistiendo, pero ellos son más numerosos y más poderosos», insistió Zelenski, y explicó que el mando ucraniano «tomará decisiones según la situación», informó la agencia de noticias AFP.
Según el presidente ucraniano, que visitó el Donbass, entre 10.000 y 15.000 civiles siguen en Severodonetsk, bombardeada desde hace semanas por la artillería rusa.
El mandatario visitó puestos de mando y posiciones en el frente en Lisichansk, ciudad separada por el río Donets de Severodonetsk, donde los ucranianos intentan repeler el avance de los rusos.
También acudió a Bajmut, unos 50 kilómetros al suroeste, y conversó con algunos soldados, señaló el servicio de la presidencia, citado por la agencia de noticias AFP.
«Quiero agradecerles el gran trabajo, su servicio, el protegernos a todos, a nuestro Estado. Estoy agradecido a todos», les dijo. «¡Cuídense!», añadió.
El presidente también se desplazó a Zaporiyia, en el sur, donde conoció a varios vecinos de Mariupol que consiguieron abandonar la ciudad portuaria destruida por meses de bombardeos rusos.
En Severodonetsk, ciudad clave de esa región a 105 kilómetros de Lugansk la situación «se agravó» en las últimas horas en medio de feroces ataques rusos y las intensas defensas de las tropas ucranianas, admitió el gobernador local, Serguei Gaidai,.
«Los combates son intensos en Severodonetsk. Nuestros defensores lograron contraatacar y liberar la mitad de la ciudad, pero la situación se agravó para nosotros», declaró Gaidai, gobernador de la región de Lugansk, en la televisión ucraniana 1+1, sin dar más detalles.
Según Gaidai, los bombardeos sobre Severodonetsk y Lisitchansk, una ciudad vecina estratégica para «mantener la línea de defensa», se intensificaron.
Los rusos «destruyen todo con su táctica habitual de tierra quemada» para que «no quede nada más por defender», acusó el mandatario.
Este centro industrial es la aglomeración más grande aún en manos de los ucranianos en la región de Lugansk, donde los soldados rusos han avanzado paso a paso en las últimas semanas, tras haberse retirado o haber sido expulsados de otras partes del territorio ucraniano, por ejemplo los alrededores de la capital Kiev.
El conflicto se agravó también en la capital Kiev, donde las fuerzas rusas lanzaron un ataque con misiles que golpeó las infraestructuras ferroviarias, en un intento de interrumpir el suministro de armas occidentales a las unidades ucranianas en la línea del frente, según describe la inteligencia británica en su informe diario sobre la situación en el país publicado por el ministerio de Defensa en Twitter.
Sobre este suministro de algunas potencias occidentales, el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, advirtió a los países occidentales a quienes sugirió no entregar armas de largo alcance a Kiev, y aseguró que cuanto más armas reciban las fuerzas ucranianas, más las hará retroceder Rusia.
«Cuanto más eficaces sean las armas de largo alcance que entreguen, más alejaremos las líneas (ucranianas) de nuestro territorio», dijo Lavrov en una conferencia de prensa.
El presidente ruso Vladimir Putin advirtió que Moscú atacaría nuevos objetivos si Occidente suministraba misiles de largo alcance a Ucrania y aseguró que las actuales entregas de armas tenían como objetivo «prolongar el conflicto».
En el frente naval, después de la pérdida del buque insignia Moskva, las tropas rusas llevaron múltiples sistemas de defensa aérea a la Isla de las Serpientes en el mar Negro occidental, incluidos los sistemas de misiles tierra-aire SA-15 y SA-22, según el informe de la inteligencia británica..
Es probable, comenta el informe, que estas armas se estén utilizando para proporcionar cobertura aérea a los barcos rusos activos en las cercanías de la Isla de las Serpientes.
Estas operaciones contribuyen al bloqueo de la costa ucraniana y dificultan la reanudación del comercio marítimo, incluidas las exportaciones de cereales ucranianos.
Desde el Kremlin, en tanto, el Gobierno ruso denunció un «acto hostil» de tres países europeos que cerraron su espacio aéreo al avión del jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, a quien le impidieron un viaje previsto a Serbia.
«Este tipo de actos hostiles contra nuestro país pueden provocar algunos problemas (…) pero no pueden impedir que nuestra diplomacia siga haciendo su trabajo», declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El propio Lavrov calificó de «inconcebible» y «escandalosa» la decisión de los tres países europeos (Bulgaria, Macedonia del Norte y Montenegro).
Lavrov tenía previsto viajar a Belgrado para reunirse con autoridades de Serbia, uno de los pocos países europeos que se mantienen cercanos a Rusia tras el inicio de la invasión militar a Ucrania en febrero.
«Los países alrededor de Serbia cerraron el canal de comunicación al rechazar la autorización de sobrevuelo del avión de Lavrov que se dirigía a Serbia», afirmaron las agencias de prensa rusas citando a la vocera del ministerio, Maria Zajarova.
«La delegación rusa debería haber llegado a Belgrado para discusiones. Pero países miembros de la UE y la OTAN cerraron su espacio aéreo», indicó la vocera.
Lavrov tenía previsto reunirse con el presidente serbio, Aleksandar Vucic; el ministro de Relaciones Exteriores, Nikola Selakovic, y el patriarca serbio Porfirio.
La primera ministra serbia, Ana Brnabic, afirmó que el presidente Vucic se había visto obligado a ocuparse personalmente de cuestiones de logística relacionadas con la visita de Lavrov, programada para este lunes y martes.