La Unidad Penal 1 quedó despoblada de internos el pasado mes de noviembre después de 133 años de albergar detenidos en Corrientes. A la fecha y hasta que se defina el futuro del antiquísimo predio que data del 1888 sólo permanece en el lugar una guardia del Servicio Penitenciario para seguridad del histórico edificio.
Sin embargo la tarea encomendada a los agentes penitenciarios resultó como «el lobo cuidando de las ovejas» ya que uno de los uniformados fue encontrado in fraganti cuando pretendía llevarse una abertura del lugar.
El agente fue descubierto cuando cargaba sobre su propio auto, modelo Fiat Uno, una antigua ventana de la ex cárcel.