A una semana del crimen que conmocionó al barrio Villa Luzuriaga, la familia de Dylan Gaetano, el adolescente de 16 años asesinado con un arma blanca mientras jugaba al fútbol, rompió el silencio y expresó su profundo dolor, al tiempo que reclamó justicia, contención institucional y respuestas concretas por parte del Estado.
El hecho ocurrió el pasado domingo 27 de abril por la noche, cuando Dylan fue atacado con dos puñaladas certeras en una cancha del barrio. El presunto autor del crimen es un menor de 13 años, quien fue demorado y puesto a disposición de la Línea 102, ya que, por su edad, no puede ser imputado penalmente. Esta situación generó indignación en la familia del joven, que denuncia abandono y falta de información por parte de las autoridades.
“Nadie se acercó, nadie me llamó para explicarme y decirme qué está pasando. No tengo respuesta de nada”, expresó conmovida Lucrecia, madre de Dylan, quien relató el peregrinaje institucional que inició tras el asesinato de su hijo. “Nos mandaron de una fiscalía a otra, pero nos dijeron que como tiene 13 años no pueden hacer nada. Que lo maneja la Línea 102. ¿Y entonces? ¿Nosotros qué hacemos?”, cuestionó.
La tía del adolescente, Griselda, también manifestó su indignación: “Así como él nos arrebató a Dylan, que tampoco goce de estar en la casa, de sentarse con su familia, de ir al colegio o a jugar al fútbol. Dicen que es un nene. Para mí, es un asesino. Sabía lo que hacía. No fueron puñaladas al azar”.
En sus declaraciones, la familia también exigió que los padres del menor implicado asuman responsabilidades: “Siempre dicen ‘nene rompe, mamá paga’. Bueno, ahora pedimos eso. Que respondan los padres si él no puede”, sentenció Griselda.
La causa fue caratulada como homicidio y se encuentra en manos de la Fiscalía en turno, junto a la División Homicidios de Investigaciones Complejas. Sin embargo, el límite legal que impide imputar al menor por su edad genera una gran frustración entre los allegados de la víctima.
La familia de Dylan continúa atravesando el duelo con una mezcla de dolor y bronca, pero con la firme convicción de que su caso no puede quedar en el olvido. “Queremos justicia, pero también que alguien nos escuche. Que se hagan cargo. Dylan tenía toda una vida por delante”, expresó su madre con la voz quebrada por la angustia.
Con información de N9