La media de temperaturas estuvo dos grados por encima de lo normal y vivieron olas de calor.
España atravesó la primavera meteorológica más cálida jamás registrada en los meses de marzo, abril y mayo de este año, con casi dos grados por encima de lo normal y olas de calor «excepcionalmente prematuras», informó hoy la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La estación, marcada por «una ola de calor excepcionalmente prematura en abril», fue también la segunda más seca, constató la Aemet en un informe sobre el estado del clima publicado hoy.
«La primavera de 2023 fue la más cálida de la serie histórica de España», con una temperatura media de 14,2 grados, 1,8 grados más de lo normal, aseguró la agencia española, según consignó la agencia de noticias AFP. Además, la Aemet insistió en que fue una primavera «extremadamente cálida», superando la de 1997, que era la más calurosa hasta ahora. A su vez, la primavera de este año fue la segunda «más seca de la serie histórica en España», por detrás de la de 1995.
Al abril tan caluroso, siguió un mes de mayo con temperaturas ligeramente por encima de la media al principio y por debajo al final, con lluvias abundantes que, sin embargo, no terminan de aliviar la sequía crónica que sufre España.
«Con las lluvias de la segunda quincena de mayo se ha aliviado un poco la situación», pero la «sequía, que se mide a más largo plazo, no se ha solucionado», dijo en la presentación del informe Rubén del Campo, portavoz de la Aemet.
Sobre la sequía, el especialista agregó que «hay que esperar a ver qué pasa en otoño y en invierno. En este año hidrológico tenemos un déficit del 20% de precipitaciones, por lo tanto para que se paliase esta situación de déficit de precipitaciones en otoño, tendría que ser un otoño en que lloviese un 20% más».
España experimenta desde hace varios años una multiplicación de las olas de calor, con precipitaciones cada vez más escasas e irregulares.
Los embalses del país, que almacenan agua de lluvia para aprovecharla en los meses más secos, se encuentran actualmente a menos del 50% de su capacidad y la falta de agua provocó que muchos agricultores renuncien a la siembra de primavera, según añadió la AFP.
Como gran parte de Europa, España sufrió en 2022 varias olas de calor intensas que empezaron en mayo, dando pie a un verano con récords de incendios forestales, un exceso de mortalidad, y una gran sequía. Así, 2022 fue el año más caluroso desde al menos 1916, según la Aemet, en el que «se registraron treinta y cinco récords de días cálidos».
«Estamos hablando de uno de cada diez días récord» de calor, recordó Del Campo, que estimó «poco probable» que el verano de 2023 vuelva a ser tan caluroso, aunque lo será por encima de la media.
Hay «alta probabilidad de un verano más cálido de lo normal en todo el país, especialmente en la mitad oriental y archipiélagos. 50 a 70% de probabilidades de verano más cálido de lo normal», concluyó el informe.