Los presidentes de Argentina y Bolivia mantendrán un encuentro esta semana con el objetivo de asegurar la provisión de gas para la demanda que se espera para el invierno.
El presidente Alberto Fernández y su par de Bolivia, Luis Arce, buscarán este jueves alcanzar en Buenos Aires un acuerdo sobre los volúmenes y el precio del gas natural que el vecino país podrá venderle a la Argentina para afrontar el pico de demanda local en los meses de invierno.
«Los presidentes de Argentina y de Bolivia decidieron encabezar ellos mismos la negociación por la provisión de gas para el invierno porque lleva meses trabada y representa un recurso estratégico y esencial para nuestro país», dijo el canciller Santiago Cafiero a la agencia Télam, ocasión en la que se refirió a la visita que hará esta semana Arce a la Argentina.
Los equipos técnicos de las empresas estatales Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) e Integración Energética Argentina (IEASA) discuten desde fines de 2021 la sexta adenda al acuerdo que en 2006 firmaron -por 20 años- los expresidentes Néstor Kirchner y Evo Morales.
La situación con el vecino país en materia de provisión de gas se debe a la fuerte caída de los niveles de producción de los yacimientos de Bolivia.
La primer adenda del acuerdo original se firmó en 2010, debido a las dificultades para cumplir con los envíos comprometidos.
En diciembre de 2020, ambos países acordaron para el pico del consumo de la Argentina durante el invierno del año pasado envíos por 14 millones de millones de metros cúbicos diarios (Mmm3/d), luego que durante el mismo período de 2020 llegó a enviar hasta 21 Mmm3/d, lo que representó una merma de inyección del 30%.
En diciembre último se reeditó la negociación con una propuesta del gobierno de Arce de entregar a la Argentina volúmenes de hasta 9 Mmm3/d.
Del lado argentino, la firma estatal IEASA pidió incrementar los volúmenes, lo que derivó en una falta de entendimiento que obligó a prorrogar la adenda que vencía el 31 de diciembre al 31 de enero, y luego al 31 de marzo.
Fuentes oficiales señalaban en los últimos días -previo a la fecha límite de la prórroga- que «lamentablemente el pronunciado declino de la producción boliviana de gas, hace que YPFB haya tenido que disminuir de manera sensible su compromiso de inyección para el invierno».
Con el empantanamiento de la negociación, los presidentes asumirán este jueves la búsqueda de un acuerdo que le permita a la Argentina garantizar un suministro adecuado a su demanda y evitar tener que reemplazar ese gas con combustibles líquidos o Gas Natural Licuado (GNL) que son mucho más costosos.
En cifras, el precio del gas que en diciembre y enero la Argentina proponía a Bolivia para 2022 era de unos US$ 8 el MMBTU, monto que Bolivia pidió rediscutir teniendo en cuenta la escalada de los precios internacionales del gas y de GNL que se registra desde fines del año pasado, y que terminó de dispararse con la invasión rusa a Ucrania
Para este año la Secretaría de Energía estima que en la temporada invernal que abarca los meses de mayo a septiembre, el gas nacional representará 73% de la demanda con 17.995 MMm3, y que se importarán 2.142 MMm3 de Bolivia que cubrirían el 9%.
Además se requerirá importar 4.406 MMm3 equivalentes de GNL para cubrir el 18% restante de la demanda total proyectada.
La semana pasada IEASA concretó por licitación la compra de los primeros buques de GNL para regasificar en las terminales de Bahía Blanca y de Escobar, en precios promedio de US$ 40 el MMBTU.
Esta búsqueda de un entendimiento «al más alto nivel» en la región tuvo este lunes un paso inicial con la visita del presidente de Chile, Gabriel Boric, al país.
La semana anterior, el ministro de Economía, Martín Guzmán, mantuvo un encuentro en París con el ministro de Energía de Brasil, Bento Costa Lima, para analizar la situación bilateral.
El próximo viernes ambos funcionarios volverán a encontrarse en San Pablo, para retomar el análisis de la integración energética, según confirmó este lunes el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli.
Una de las ideas puestas sobre la mesa pasa por la posibilidad de que la Argentina puedan tener por parte del socio mayor del Mercosur algunos millones de metros cúbicos más durante el invierno de la producción que adquieren a Bolivia, entre otras cuestiones.