Los médicos residentes de pediatría expresaron su profundo malestar por las condiciones laborales y salariales que atraviesan. Según denunciaron, los ingresantes perciben un sueldo que no supera los $800.000 por más de 70 horas semanales de trabajo, cifra que los deja por debajo de la línea de pobreza.
Los profesionales aseguran que, además de la falta de reconocimiento económico, existe un vaciamiento de la institución médica, lo que agrava la crisis sanitaria y atenta contra la calidad de la atención a los pacientes. La sobrecarga laboral y los bajos salarios ponen en riesgo no solo la formación de los residentes, sino también la atención pediátrica en la región.
En respuesta a las medidas de fuerza que los trabajadores llevan adelante para visibilizar su reclamo, las autoridades presentaron un amparo judicial con el objetivo de limitar las protestas y exigir que se garantice la prestación del servicio de salud.
Sin embargo, los residentes de pediatría ratificaron que continuarán luchando por una remuneración digna y por condiciones laborales justas que garanticen la salud y el bienestar de los pacientes y de los propios trabajadores.