Amit Soussana lo padeció durante su cautiverio en Gaza y contó su historia a The New York Times.
Una rehén israelí liberada narró una agresión sexual a punta de pistola por parte de uno de los militantes palestinos que la mantuvo cautiva en Gaza, en un relato personal publicado por primera vez el martes en una entrevista con el New York Times.
Amit Soussana, de 40 años, fue tomada como rehén el 7 de octubre en el kibutz Kfar Aza.
Las imágenes de las cámaras de seguridad la mostraron luchando contra sus secuestradores.
Relató que hacia el 24 de octubre fue atacada por el hombre que la custodiaba después de lavarse en el baño.
Soussana explicó que el guardia, que se hacía llamar Muhammad, le puso una pistola en la frente, la golpeó y la arrastró hasta la habitación de un niño.
«Entonces, con la pistola apuntándome, me obligó a cometer un acto sexual con él», reveló Soussana durante la entrevista.
El Times afirma que el relato de Soussana coincide con lo que contó a dos médicos y a un trabajador social menos de 24 horas después de ser liberada el 30 de noviembre, durante una tregua de una semana.
«Sus informes sobre su relato indican la naturaleza del acto sexual; el Times aceptó no revelar los detalles», informó el periódico.
Al menos tres rehenes liberados contaron públicamente, uno de ellos en una entrevista con Reuters, sobre incidentes de abusos sexuales contra compañeros de cautiverio.
El 5 de marzo, un equipo de expertos de las Naciones Unidas informó que había «motivos razonables para creer» que se habían producido actos de violencia sexual, incluidas violaciones y violaciones colectivas, en varios lugares durante el ataque contra Israel perpetrado por militantes de Hamás.
El equipo -dirigido por la representante especial de la ONU sobre la Violencia Sexual en Conflictos, Pramila Patten- visitó Israel entre el 29 de enero y el 14 de febrero en una misión destinada a reunir, analizar y verificar información sobre violencia sexual relacionada con los ataques del 7 de octubre.
También encontró lo que describió como información clara y convincente de que algunos de los rehenes llevados a Gaza fueron objeto de ese tipo de abusos.
Hamás rechazó reiteradamente las acusaciones de violencia sexual durante y después del 7 de octubre.