Vida independiente y autodeterminación de las personas en situación de discapacidad

La Convención Internacional para los Derechos de las Personas con Discapacidad, en su artículo tercero, en el primero de los principios generales enunciados expresa: “El respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas”.

En la sociedad actual aún está vigente en muchos casos donde se considera que “tenemos que decidir” por las personas con discapacidad, hecho que es aún más visible cuando se trata de una persona con discapacidad intelectual (retraso madurativo, espectro autista, esquizofrenia, etc.)

Se da en algunas situaciones que hasta el nombre de la persona con discapacidad es expresado por un tercero interviniente, sin que exista ningún tipo de impedimento para que la misma exprese su opinión, deseo o decisión.

No negamos que existan casos donde la decisión más simple resulte imposible por las particularidades de la situación que transita la persona, y podemos asegurar que estos casos son realmente minoritarios.

Es así entonces que la vida independiente se nutre de la herramienta “autodeterminación” camino necesario para que la persona sea realmente la protagonista de su vida.

Todos, independientemente de un diagnóstico, tenemos gustos, intereses, preocupaciones, vivencias, emociones, estados de ánimo, objetivos…

Ser autodeterminado siempre implica un riesgo. Tomar decisiones, necesariamente, supone aceptar que uno se puede equivocar. Ser protagonista nos lleva a vivir de un modo que no siempre los demás comparten, ni interpretan como adecuado.

Se puede vivir bien sin ser autodeterminado, se puede estar bien cuidado y protegido, sin tomar decisiones, pero difícilmente se puede ser feliz.

En la urgencia del día a día se olvida que la autodeterminación es un largo camino de base que dura prácticamente toda la vida.

A veces estamos tan preocupados por cuestiones inmediatas (que sepa comer solo, que se comporte en público, que realice sus terapias físicas… que se nos olvidan otras no tan evidentes). El derecho a ser uno mismo, el derecho a hablar por sí mismo, el derecho al autoconocimiento.

Siendo la autodeterminación un logro tan complejo, que requiere de tanto esfuerzo y compromiso por parte del contexto, es fácil entender que haya una tendencia a abandonar el objetivo de la independencia. Suele ser inclusive más cómodo que realizar el esfuerzo cotidiano de brindarle la oportunidad a la persona de ser quien desea ser y decidir en ese sentido, con toda la libertad que el derecho le otorga a cada persona humana que habita nuestro país.

Dejar de lado las estigmatizaciones, el miedo e incluso en ocasiones la falta de interés, nos parece el camino inicial para cumplir con un derecho constitucional de las personas en situación de discapacidad.

NADA SOBRE NOSOTRXS SIN NOSOTRXS

23 y 24 de mayo: Audiencia pública sobre la Nueva Ley de Discapacidad.