La CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) cumplió los 152 años de existencia en el país. Fundada por Domingo F. Sarmiento en 1870, la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) cuenta con 2000 bibliotecas ubicadas en 1189 ciudades, pequeñas localidades y parajes rurales de toda la Argentina.
En este contexto la biblioteca popular “Profesor Leopoldo Herrera” de Resistencia, que forma parte de la CONABIP, lleva adelante proyectos y acciones que apuntan a la promoción del pensamiento nacional y latinoamericano, el desarrollo de la cultura popular y la ampliación de oportunidades de acceso a la lectura para todos los sectores de la población.
La vicedirectora de la Biblioteca Herrera, Mónica Amarilla explicó en declaraciones a Chaco TV que la CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) desde su creación hace ya 152 años trabaja en acciones de financiamiento y promoción del libro y la lectura.
“Como biblioteca popular, para poder contar con el financiamiento de la Conabip tenemos el resguardo de una asociación civil que es la encargada de velar por esos fondos”, dijo la vicedirectora de la Biblioteca Herrera.
Entre los proyectos que financia al Conabip, Mónica Amarilla destaco a aquellos que fortalecen e impulsan a la población y la ciudadanía a reunirse libremente dentro de las bibliotecas populares para un crecimiento personal, libre, gratuito y plural.
Bajo el amparo de la Conabip se recibe el financiamiento para la compra y adquisición de materiales de la institución. La Biblioteca Herrera cuenta además con 12 computadoras para uso de las personas que concurren a ella, como así también la conectividad y acceso a internet.
La biblioteca profesor Leopoldo Herrera de Resistencia cuenta con un catálogo centralizado con los documentos bibliográficos que poseen las otras bibliotecas de la provincia.
La Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), dependiente del Ministerio de Cultura, fomenta desde sus inicios el fortalecimiento de las Bibliotecas Populares como organizaciones de la sociedad civil e impulsa su valoración pública. Y es que no se trata de simples infraestructuras físicas, sino de espacios sociales insoslayables para el desarrollo comunitario, cultural, social e histórico y en pos de una construcción ciudadana.